Tenemos que unirnos para que los causantes de la muerte de Patricia, Almudena y futuras victimas de atropellos tengan una condena ejemplar.

miércoles, 23 de febrero de 2011

FAMILIARES DE LAS ATROPELLADAS EN PASEO COLÓN DE SEVILLA PIDEN LA ''MÁXIMA PENA''

Familiares de las dos jóvenes atropelladas mortalmente el pasado 4 de abril de 2010 en el Paseo Colón de Sevilla, Patricia Alfaro, de 26 años de edad y natural de Madrid y Almudena González, de 30 años y vecina de Mairena de Aljarafe (Sevilla), han pedido este miércoles la ''máxima pena'' para el acusado del atropello, Fernando Vargas, y han calificado de ''bazofia'' el Código Penal.

El Juzgado de lo Penal número 8 de Sevilla enjuicia desde primeras horas de este miércoles y hasta el viernes a Fernando Vargas, el conductor acusado de atropellar mortalmente a las dos jóvenes cuando volvían de ver procesiones de Semana Santa en el centro de la capital. Por estos hechos, la Fiscalía le pide nueve años y seis meses de cárcel y el pago de una indemnización de 96.869,86 euros, pues entiende que condujo ''de forma despreocupada, sin atender a las señales de tráfico y a una velocidad excesiva''.

En declaraciones a los periodistas, el padre de Patricia, José Alfaro y la hermana pequeña de Almudena, Rosa González, han afirmado que quieren la ''máxima pena'' para el acusado del atropello de sus familiares ya que ''conducía ebrio, bajo los efectos de las drogas, con el carnet retirado y a 126 kilómetros por hora''.

En este sentido, la hermana de Almudena ha manifestado que ''hoy es muy fácil asesinar y atropellar'', por ello no se conforman con los nueve años y seis meses que solicita el fiscal y piden la ''PENA MÁXIMA''. Por su parte, el padre de Patricia ha calificado de ''bazofia'' el Código Penal, ya que ''en cuanto a la seguridad vial, su contenido es un insulto a la inteligencia humana''.

''PSICÓPATA ASESINO''

Para José Alfaro, el atropello de su hija y de su amiga fue una ''cacería de un psicópata asesino'' y ha considerado que el acusado tenía ''intención de hacer daño''. Por este motivo, ha opinado que no se le debe juzgar de ''homicidio por imprudencia sino de dolo eventual'' y por ello solicitan una pena mayor.

Por su parte, Rosa González, ha calificado de ''absurdo'' el testimonio ofrecido por el acusado en su declaración y se ha preguntado que ''si al conducir se escucha perfectamente el ruido que hace una bolsa de plástico cuando la aplastas con las ruedas, ¿cómo puede decir este hombre que no escuchó el impacto de los cuerpos de dos personas adultas en su coche?, eso no hay quien se lo crea, ha lamentado.

Ambos familiares han descrito a Patricia y Almudena como unas chicas ''divertidas, alegres y trabajadoras'', y han aseverado que desde el pasado 4 de abril, día en el que ocurrió el atropello mortal, están ''hundidos, indignados y en tratamiento psicológico''.

EL ACUSADO DEL DOBLE ATROPELLO MORTAL EN EL PASEO COLÓN ALEGA QUE ''NO LAS VI''

''Le digo la verdad, que nos las vi''. Éste es el argumento empleado este miércoles por Fernado Vargas, el conductor acusado de atropellar mortalmente a dos jóvenes el pasado 4 de abril en el Paseo de Colón, concretamente a Patricia Alfaro, de 26 años de edady natural de Madrid, y Almudena González, de 30 años y vecina de Mairena de Aljarafe.

En su comparecencia en el Juzgado de lo Penal número 8, a cuya entrada ha sido increpado con gritos de ''asesino'' y ''dejádnoslo a nosotros'' por parte de una decena de amigos y familiares de las dos víctimas, Fernando Vargas ha intentado desmontar cada argumento de la Fiscalía y de la acusación particular, contradiciendo con ello las declaraciones de testigos y de algunas de las pruebas recabadas.

La amiga de la víctima afirma que el conductor se saltó el semáforo, las arrolló y luego aceleró.

De este modo, el joven, de 35 años, para el que la Fiscalía pide nueve años y seis meses de cárcel y el pago de una indemnización de 96.869, 86 euros, pues entiende que condujo ''de forma despreocupada, sin atender a las señales de tráfico y a una velocidad excesiva'', ha asegurado que ''no me salté ningún semáforo'', insistiendo en que las víctimas debían cruzar por fuera del paso de cebra en el que se produjo el accidente.

Es más, el acusado ha señalado a las circunstancias del momento como posibles responsables o, al menos, agravantes, ya que ha dicho que ''no había mucha iluminación''.

''SENTÍ EL IMPACTO''

La Fiscalía solicita para el procesado cinco años de prisión por los dos delitos de homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria; cuatro años de cárcel por un delito de omisión del deber de socorro, y seis meses de prisión por un delito contra la seguridad vial derivado de conducir sin tener en vigor el permiso de conducir. Hechos que Fernando Vargas ha sido desgranando en su intervención para ir negando punto por punto.

Así, tras su primera afirmación relativa a que no se saltó el semáforo, ha afirmado que ''cuando miré el marcador, sentí el impacto'' momento en el que asegura que ''iba a 60'' kilómetros por hora, o sea, sin exceder la velocidad, a diferencia de lo que sostiene un informe perical en el que lo sitúa a 110 kilómetros por hora.

Incluso el jóven, que dice estar ''enganchado desde los 16 años'', asegura que fue en ese momento cuando ''paré el coche, puse el freno de mano y me bajé'', aunque otras versiones establecen que continuó adelante y sólo detuvo el coche cuando se vio obligado a ello.

Fernando Vargas ha añadido que ''le cogió el coche'' a su madre, aunque se lo tenía prohibido-''debido a las numerosas infracciones cometidas por el acusado'', según la Fiscalía y que ''no sabía que no tenía carnet'', pese a que precisamente sus numerosas infracciones al volante habían dado lugar a que lo perdiera y era por ello por lo que la madre le prohibió coger su coche.

Acerca de su estado etílico, según la acusación, el jovén ha insistido en que ''sólo bebí dos copas'' cinco horas antes del siniestro. No obstante, en la prueba de alcoholemia dio 0,50 miligramos, el doble de lo autorizado.

EL HIJO DEL NIDO: ''VELOCIDAD ALTA, NO TENÍA''

En su declaración, un hijo del presidente del Sevilla F.C. que viajaba como copiloto en el vehículo causante del atropello ha respaldado las declaraciones del acusado afirmando que ''velocidad alta no tenía'' aunque ha añadido que no se dio cuenta de si su amigo se saltó algún semáforo o no.

Tras el atropello, ha sostenido que Fernando Vargas paró ''al poco tiempo'' y que él mismo no vio ''nada fuera de lo normal''.

Sin embargo, dos testigos presenciales han testificado que el vehículo sí circulaba ''rápido''. Según uno de estos testigos, a unos 100 km por hora. Además ha afirmado que el conductor se saltó un semáforo en rojo.

En la misma línea ha declarado la cuñada de Patricia, que iba con las víctimas cuando tuvo lugar el siniestro. Según ha declarado ante el juez, el conductor se saltó el semáforo, las arrolló y luego aceleró.